© Juanca Romero Hasmen
Estamos sumidos en una época en la que la pesadumbre se adueña de la cartera, del ánimo, de los valores, de las creencias, de todo lo que se menea como diría aquel conocido Premio Miguel de Cervantes del año 2000, fallecido 7 años después. Las cuestiones ligadas a la fe, tampoco se quedan fuera del cajón desastre de la crisis. La falta de posibles, el escenario, y el hambre que se adueña de cada rincón, hacen que creer en divinidades se haga complicado. Habría que señalar que la crisis global ha traído consigo que el número de personas que se acercan a deidades del inframundo, si que ha aumentado, o al menos eso es lo que señalan muchos expertos. Creer en el demonio es algo que está tan arraigado al ser humano, como el comer y dormir. Si existen las fuerzas del bien, por obligación también están los practicantes del mal, y es ahí, no nos engañemos, donde las religiones han encontrado la ecuación perfecta para atraer corderos a su redil, ofreciendo protección divina frente a las oscuridades del infierno. Papel perfectamente asumido en el caso de la Iglesia; te acercamos al bien, y tenemos las herramientas adecuadas para alejar el mal si intenta tentarte.
Así es como nos encontramos con la figura del exorcista, no tan alejado de lo que nos muestran en las películas, aunque algo más protocolario. En España hay un total de 15 exorcistas repartidos por todo el territorio, aunque llamativamente 8 de ellos están en Madrid, quizá porque el demonio es centralista y aficionado a pasear por la Gran Vía capitalina. Sea como sea, dentro de la propia iglesia hay sacerdotes que no creen en los exorcismos, a pesar de que éstos son nombrados por los obispos, y formados siguiendo las sólidas directrices del Vaticano. Estos religiosos que reniegan de la validez del ritual, aseguran que no hay “demonio” que posea un cuerpo, que no pueda ser expulsado con un tratamiento de choque y un buen psiquiatra. Tampoco ayuda en exceso los cada vez más frecuentes casos de exorcismos desmedidos en los que se ven implicados curas y personas que aseguran tener el demonio dentro. Uno de los últimos casos más mediáticos, el del párroco Jesús Hernández Sahagún de Valladolid, llevado hasta un tribunal por haber practicado hasta 10 exorcismos a una menor de edad en tratamiento psiquiátrico.
Si se está preguntando si en Canarias hay exorcistas oficiales, la respuesta es que no, al menos con morada fija en nuestra tierra. Al archipiélago le corresponde el que hay nombrado para la zona de Andalucía, así es que si me permite el apunte, si se le mete el “bicho” en el cuerpo, mejor será que se quede dormido, porque en lo que el exorcista andaluz se mete en un avión y de con su casa dentro del polígono, el demonio se lo come, le deja hecho añicos antes de que el cura se ponga la litúrgica estola.
