El enigma de la cronología en la Sábana Santa

2021 © Santi García (Arqueólogo y escritor)

La Sábana Santa es, posiblemente, el objeto de la antigüedad que más ríos de tinta ha hecho correr desde que se conoce o, al menos, uno de los más comentados y discutidos desde muchas vertientes. De lo que no hay duda alguna es que estamos ante un crucificado y del estilo que narran Los Evangelios que forman parte de La Biblia y que comenzaron a ser escritos entre el siglo III dC y IV dC.

En el presente artículo no vamos a centrarnos en el misterio de la Sabana Santa acerca de si es o no el crucificado plasmado en el lienzo el Hijo de Dios para los cristianos, sino en uno de los aspectos por el que se ha afirmado desde algunos lugares – institutos oficiales incluso – el hecho de que la Sábana Santa es falsa o un réplica medieval debido a los resultados de las pruebas realizadas por radiocarbono a la pieza (el famoso Carbono 14 o C-14).

Este método de datación mal llamado “absoluta” por mis colegas de campo posee unos inconvenientes a la hora de intentar obtener una fecha exacta de una pieza o de un objeto y que vamos a intentar arrojar algo de luz a esta técnica usada por muchos laboratorios arqueológicos.

LA PROBLEMÁTICA DEL CARBONO 14 Estamos ante uno de los métodos de datación por radio carbono más usados en la prehistoria al que se le presupone un halo de “verdad” que se le confiere a esta manera de obtener una fecha de un determinado objeto. La cuestión principal radica en que si se consigue demostrar que el sudario o la Síndone son del siglo I dC estaremos más cerca de afirmar que el individuo “pintado”, envuelto, o como queramos llamarlo es, en un alto porcentaje, Jesús de Nazaret. 

Descubierto por Williard Libby en 1949, se basa en el recuento del  el isótopo de carbono 14 en un resto, sea orgánico o inorgánico, pues permanecen prácticamente inalterados tras el paso de los siglos y milenios.

Con todo esto hemos de decir que en el mismo uso de este medio de datación se encuentra el principal error. Veamos por qué. El C-14 se basa en la medición de los niveles de carbono que posee una muestra, partiendo de la base de que todo en nuestro planeta está hecho de carbono y que, con el paso de los años, de los siglos y de los milenios este carbono se va desprendiendo de la pieza. Midiendo los niveles de carbono que aún posee y por medio de complicadas fórmulas matemáticas es posible sacar una cronología aproximada del objeto de estudio….o no.

Es posible en tanto en cuanto el C-14 va a dar una fecha antes del presente sin lugar a dudas, pero este método posee varios inconvenientes que hemos de tener en cuenta a la hora de elegirlo como nuestra manera de establecer un período cronológico de un determinado elemento:

  1. El C-14 es destructivo, pues analiza una parte del objeto, no todo el objeto; por lo que en función del lugar de donde extraigamos la muestra obtendremos una cronología u otra, nunca la misa.
  2. El C-14 posee un margen de error de aproximadamente 500 años; y es por ese motivo por lo que se usa en la datación de períodos prehistóricos en donde los investigadores se mueven en arcos temporales de miles y millones de años, con lo que un desvío de 500 años no afecta en nada sus resultados. Como es obvio ese desvío temporal hace imposible datar una muestra con el objetivo de sacar una fecha exacta sin margen de error (como es nuestro caso).
  3. Para una correcta datación es necesario realizar varias pruebas; debemos extraer varias muestras del elemento a datar, con lo que tendremos varias fechas. A través de una nueva fórmula matemática sacaremos algo así como una media.
  4. La pieza debe estar lo menos contaminada posible; pues si ha estado en contacto con otros elementos, el carbono de éstos se habrá traspasado a nuestra muestra y las posibles dataciones que nos darán serán totalmente falsas. Como es el caso del sudario y de la Síndone.

Es cierto que las primeras pruebas realizadas a la Sábana Santa arrojaron cronologías muy diversas que hicieron pensar que era una falsificación, una pintura, etc. Siglo XIII o siglo VI dC son sólo unos ejemplos de lo que estamos comentando. Estos desfases cronológicos se deben a que no se tuvieron en cuenta los inconvenientes que hemos comentado y, por consiguiente, lo único que se consiguió al respecto es arrojar más sombras que luces.  Desde nuestro punto de vista nunca se debió elegir el C-14 como método de datación de una minúscula muestra cogida al azar. Lo más recomendable hubiera sido interpretar la Síndone en el contexto arqueológico en el que se halló, cosa totalmente imposible. En este sentido y en la actualidad no existe un método de datación químico para estas fechas tan modernas (circa 2.000 años) como para poder sacar conclusiones acertadas.

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