Juanca Romero © Agosto 2023
Si hay una vertiente controvertida dentro de la denominada parapsicología, es la que se ocupa del conocido como fenómeno de los ectoplasmas. ¿Le suena a chino? Para dar luz sobre este particular, busquemos la definición aceptada del término. Ectoplasma es la sustancia de color blanquecino, de origen y composición desconocidos, que es segregada por una persona que ejerce de médium durante el estado de trance o alteración de conciencia. De forma inevitable está unido a las prácticas espiritistas, siendo esta sustancia –por lo general- atribuida a alguna forma de manifestación de difuntos. Este elemento entre lechoso y pastoso, brota con más o menos intensidad a través de las orejas, nariz o boca de la persona que ejerce de canalizador o médium. Por lo general, el ectoplasma desaparece instantes después de finalizar el proceso de trance, algo que dificulta enormemente su análisis en laboratorio. Pero profundicemos más en el asunto.
A finales del siglo XIX, principios del XX, en pleno apogeo del movimiento espírita, la creación de grupos más o menos organizados brotaron como hongos, para organizar reuniones e intentar establecer en ellas, contacto con las supuestas entidades o espíritus de personas fallecidas. Al principio se consideró que el ectoplasma se formaba por algún proceso de espesado de una especie de fluido psíquico, capaz incluso de imitar toda forma de vida. La experimentación de estos extraños hechos, indujo a que los investigadores de la época admitieran que esa sustancia emanada por los orificios de la persona médium, podría desprender algún tipo de energía cuando se disociaban sus elementos atómicos. También afirmaban los hombres de ciencia de la época, que ciertas formas de energía, si no todas, poseían propiedades convencionales tales como la masa, por tanto, capaces de mostrar resistencia al movimiento; peso, reacción ante la gravedad y estructura, es decir, forma y volumen localizada en el espacio. Partiendo de meras hipótesis, ¿se podría decir que el ectoplasma es el proceso mediante el cual se materializa un espectro o fantasma?
En el ámbito de la parapsicología, y en todos los casos, hay que moverse en el plano de las hipótesis, y ninguna de ellas ha conseguido dar una explicación tajante sobre el fenómeno de las materializaciones. Así pues, los parapsicólogos solamente pueden plasmar –a través de la experimentación repetitiva- los siguientes aportes: El ectoplasma surge del cuerpo del médium y permanece unido a él mediante algo parecido a un cordón umbilical. En su génesis no es visible, pero poco a poco empiezan a surgir una especie de nubes vaporosas acompañadas en ocasiones, por fenómenos de luminiscencia. La masa vaporosa es de color lechoso, blanquecino. Con lentitud, va organizándose hasta formar miembros. En médiums muy potentes, estas materializaciones llegan a ser completas. Tras esta manifestación, el espectro es reabsorbido por el cuerpo del médium en trance hasta desaparecer por completo.
¿Por qué se produce?, ¿qué mecanismos entran en juego?, ¿realmente los seres humanos tenemos la capacidad de producir “fantasmas”? ¿Todo este asunto de los ectoplasmas es fruto de una patraña, una auténtica falacia? Permítame que profundice más en esta difícilmente explicable vertiente de la parapsicología.
Fijamos nuestro GPS de la Historia en el año 1872, cuando el científico William Crookes inició una serie de experimentos y estudios con una joven mujer llamada Florence Cook, cuando contaba tan solo con 15 años de edad. Florence estaba dotada de capacidades de contacto con los espíritus y oía voces, algo que a sus padres no les hacía especial gracia, oponiéndose a que su hija ejerciera dichas prácticas. Pero fue tal la virulencia con la que los fenómenos se reprodujeron en su propia casa, que al final acabaron recapacitando y permitiendo que el doctor William Crookes estudiara el caso. Según recoge el investigador en sus anotaciones, los fenómenos producidos en su presencia eran cada vez más llamativos, movimientos espasmódicos de objetos, voces… hasta que alcanzó la materialización de un fantasma que se identificó como Katie King, espíritu que había encarnado en Annie Morgan, bajo el reinado de Carlos II de Inglaterra y que había fallecido en Jamaica.
Estas materializaciones eran parciales en un principio, pero a medida que fueron pasando las semanas, se hicieron más completas y reales; llegaba a adquirir total apariencia de vida orgánica. Evidentemente, la sombra de la duda sobrevoló el expediente de Florence Cook, siendo catalogado de auténtica farsa y siendo desacreditado por la mayor parte del estamento científico de la época. Paralelamente, William Crookes defendía desde la ciencia, la autenticidad de los fenómenos. Hay que destacar que el señor Crookes no era un cualquiera en el ámbito científico; descubrió el elemento metálico Talio y fue el que desarrolló el proceso que permite separar la plata y el oro de sus minerales. Gracias a él se consiguió el tratamiento del agua de las cloacas, fabricar azúcar a partir de la remolacha, innovadores tintes para tejidos. Pero su gran aporte a la ciencia fue la invención de un tubo para el estudio de las propiedades de los rayos catódicos, inventó el radiómetro y un detector de partícula. Crookes fue el primero en identificar el Plasma –estado de la materia-
Volvamos a sus experiencias con la médium Florence Cook. Durante 3 años se llevaron a cabo sesiones de materialización en las que el fantasma aparecido se mostraba en total integridad, llegando incluso a establecer algún tipo de “diálogo telepático” a través de la médium. Pasado un tiempo, y tras miles de anotaciones y algo menos de medio centenar de fotografías, la aparición de Katie King comenzó a mostrarse con menos frecuencia hasta que dejó de aparecer en las sesiones espíritas organizadas y supervisadas por el químico Crookes. Dos décadas después, Florence se convirtió nuevamente en noticia, ya que en 1899, mientras estudiaba en Varsovia, el psicólogo Julius Ochorowicz y otros hombres de ciencia polacos, encontraron indicios de fraude, sentenciando que todo era una comedia. El 24 de abril de 1904, Florence Cook-Corner fallece.
¿Fraude prolongado en el tiempo y amparado por un hombre de ciencia? ¿Existe realmente esa sustancia denominada ectoplasma?, y de ser así, ¿se siguen produciendo en la actualidad reacciones de este tipo en sesiones espiritistas?
Sea como sea, y como suele ocurrir en con estas vertientes, la sombra del fraude planea a borbotones, en la mayoría de los casos como fruto de la picaresca de unos, y en la falta de argumentos sólidos para mostrar su veracidad mediante parámetros científicos, que definitivamente son los que deben regir.